Según las informaciones difundidas por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, el pico de mayor contagio previsto para mediados de mayo se espera para los comienzos del mes de junio. Esto se debe al buen resultado obtenido con las medidas implementadas en forma conjunta, desde hace unas semanas, por los gobiernos de la Nación y la Ciudad.
El motivo de la extensión del plazo de llegada del escenario de mayor contagio se origina en las medidas establecidas para lentificar el ascenso de la curva ascendente de nuevos casos. Las fuentes de gobierno manifiestan que: “La curva ocurrirá, pero a una velocidad relativamente baja y administrable”. Está fuertemente relacionada con la estrategia empleada en tres aspectos:
Primero, el distanciamiento social masivo.
Segundo, el diagnóstico precoz Con testeo frecuente. Distanciamiento familiar y social de toda persona enferma por lo menos por siete u ocho días, si no se requiere internación hospitalaria.
Tercero, el cuidado especial Distanciamiento concreto en pacientes con riesgo de enfermarse gravemente, los mayores y quienes sufran otras patologías graves.
Se tratará de implementar, de manera eficiente, un aumento en la cantidad de testeos, para evaluar el nivel de contagio. Incluyendo a los profesionales de la medicina del sistema de salud. Esto depende de las posibilidades de conseguir la provisión de los insumos necesarios para tal fin que depende del éxito en la importación de los mismos. Estiman que, mejorando el volumen del testeo y el distanciamiento de los enfermos, podría llegar a flexibilizarse el distanciamiento social masivo. En la Ciudad dos de cada tres personas contagiadas son asintomáticas. Del resto, la mitad se manifiesta con fiebre y el resto, síntomas leves. También, adelantaron que hay una capacidad de camas instaladas para internación de pacientes del Gran Buenos Aires y del 50% para casos que demanden internación ambulatoria.