Este cambio del sistema tradicional que se empleaba para comercializar la carne vacuna por media res, será cambiado a partir del 1 de noviembre. A partir de ese día, comenzará a aplicarse la Resolución Conjunta 4/2021, que determina un límite de trozos de 32 kilos para la distribución de la carne en todo el país.
Fue una decisión tomada en conjunto por el Gobierno Nacional, a través de los Ministerios de Agricultura, Ganadería y Pesca; Trabajo, Empleo y Seguridad Social, y Desarrollo Productivo. La Resolución tiene fecha del 24 de abril del 2021. Se les otorgó un año y medio de plazo, a los frigoríficos, para que acondicionen sus instalaciones a las nuevas normas. En el curso de ese tiempo, los frigoríficos se fueron adecuando a la nueva normativa.
La cual fue emitida por el Ministerio de Trabajo a instancias de solicitudes en ese sentido, desde la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Están controlando las reformas de adecuación, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) y la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca. En realidad, el cambio es valedero porque el anterior sistema, ha sido superado en el tiempo. Si bien, la tradición había acostumbrado a distribuir la carne vacuna por ese medio, es cierto que es un trabajo muy pesado para los trabajadores del sector.
Tiene problemas de higiene al transportarse sin envoltorios protectores. Es difícil entender que se haya mantenido tanto tiempo vigente. Desde el área de Gobierno, trascendió que la aplicación de esta medida va a mejorar, de manera sustancial, los niveles de calidad y sanidad del producto. Se va a agilizar la cadena de comercialización y distribución. Se estima, además que puede incidir en una mejora de los precios, para favorecer a los consumidores.
Los informes del SENASA comunican que bajo su registro se encuentran el 85% de los frigoríficos que faenan en nuestro país y que distribuyen localmente y también exportan al exterior. De todos ellos, hay un 80% que ya han habilitado sus instalaciones, para el cuarteo de los cortes. Los que no hayan alcanzado ese estado y no estén en condiciones de realizar el troceado, para abastecer al mercado minorista, tienen la posibilidad de cumplir con la normativa, apelando a frigoríficos que puedan terminar el proceso de sus medias reses.
De cualquier manera, y como siempre ocurre, con las modificaciones que se producen con los métodos utilizados, desde toda la vida, hay algunos que se resisten al cambio. En línea con la normativa que se aplicará, Mario Ravettino, presidente del Consorcio de Exportadores de Carnes (ABC), manifestó que: “La medida es altamente positiva. La comercialización de la media res es un sistema de distribución arcaico y perimido, que sólo tienen dos países en el mundo, que son Paraguay y Argentina. Nosotros como proyecto industrial no podemos seguir con la media res al hombro”.
Agregó sobre el impacto sobre los consumidores y el cuidado de la higiene: “El primer beneficiado va a ser el consumidor. Hoy la media res se arrastra por el piso del camión, por la vereda, en las paredes de la carnicería con contaminación cruzada constante. En segundo lugar, la carne va a ser más barata, porque al derivar al carnicero los cortes que vende, se va a dar la posibilidad de que los ofrezca a mejor precio”.
Por otro lado, las voces que se oponen, se manifiestan con sus argumentos. Leonardo Rafael, presidente de la Cámara de Matarifes y Abastecedores (Camya), no está de acuerdo en la aplicación de la resoljución, a partir del 1 de noviembre porque: “Las plantas frigoríficas no están preparadas para sacar ese producto en trozos como se plantea. Tampoco hubo créditos como dijo el Gobierno para reacondicionar las plantas”.
Por Francisco Grillo