Después de la mala performance de la selección en el mundial de Rusia, del año 2018, cuando la dirigió Jorge Sampaoli, era necesario cambiar de rumbo. Lo cual significaba confiar en otro proyecto. Diferente a los que se venían implementando. Que solo habían conseguido no alcanzar los objetivos. Si bien en el 2014, de la mano de Sabella, se llegó a jugar la final contra Alemania en Brasil, al perderla, la deuda continuaba en pie.
Hacía muchos años que Argentina no conquistaba títulos. Demasiado para un país tan futbolero. En el momento de tomar decisiones para destrabar la situación, Claudio Chiqui Tapia, que por entonces, comenzaba a liderar la AFA, toma la decisión de dejarlo como técnico interino a Lionel Scaloni, el que había acompañado como ayudante a Sampaoli. Era un debutante absoluto. Levantó muchas críticas su elección como interino y muchas más, cuando se lo confirmó como técnico definitivo.
Nunca había dirigido, no tenía experiencia en ese sentido. No se sabe, de manera detallada, cuáles fueron las razones para tomar la decisión de entregarle el buzo de DT de la selección. Quedan de lado todos los juicios y prejuicios. Nada indicaba la posibilidad de que resulte exitoso. Evidentemente algo importante estaba engendrándose. Imposible adivinar. Lo cierto es que termina coronando a la Argentina como campeón del mundo, título que n o lograba hace 36 años.
Después de ganar la copa América en el 2021, después de 28 años sin títulos. Confirmó luego al ganar la Finalissima frente a Italia en el estadio de Wembley. Llega a Qatar con 36 partidos invictos y pierde en el debut, contra Arabia Saudita. Parecía que la mano venía muy mal. Allí se comenzó a gestar la demostración de la fortaleza con que se había formado ese grupo de la selección. Tanto jugadores como equipo técnico han creado una estructura fuerte y consolidada. Blindada contra las fatalidades.
Se juramentaron renacer de las cenizas, Messi declaraba: “Quedense tranquilos, no los vamos a dejar tirados”. Tagliafico, por otro lado: “La unión nos hace fuertes”. Y tantas frases y acciones de similares características. En los hechos, parecía que ninguna bala podría entrarles. Dominan el partido, sacan ventaja y les empatan al final. Una y más veces. Siempre se reponen. Se levantan y siguen pelando. Es lo que hacen los ganadores. En cuanto a la manera de cómo nació este grupo. Mencionamos, como primera información, tanto el técnico Lionel Scaloni como sus ayudantes Walter Samuel Roberto Ayala y Pablo Aimar, integraron los equipos de José Peckerman.
A quien reconocen como una gran técnico y mejor formador de grupos y jugadores. Todos ellos no dejan de mencionar los valores que les había inculcado el técnico que ganó 3 copas mundiales con los juveniles. De allí su reconocimiento como formador. Había revolucionado los conceptos del fútbol en nuestro país. Estábamos convencidos que era un renacer. Pero su semilla, no germinó en ese momento. Acaba de ocurrir en esta copa de Qatar. Han brotado las enseñanzas y se alcanzó a armar un grupo de seres humanos capaces de afrontar todos los compromisos.
Como por ejemplo, jugar al fútbol y ganar el máximo galardón. Si los hubieran puesto a manejar un equipo de ventas, también habrían superado a todos. Lo importante es la fortaleza alcanzada, que les permite afrontar cualquier desafío. El génesis de este grupo nace de la simbiosis entre Messi y Scaloni. Allí comenzaba a urdirse la manera de manejar el equipo. Dos líderes positivos buscando el logro colectivo. Desde la dirección y desde el campo. Integrados todos bajo la consigna del compañerismo. Nadie es mejor que los otros. Todas piezas de un engranaje para que la máquina funcione a pleno.
Era necesario tomar las medidas para revivir al anterior grupo, que venía muy decaído. Hasta el mismo Messi estuvo a punto de no volver después del periodo que pidió no participar en el equipo. Desde allí comenzó el renacimiento. Se renovó a parte del equipo con la convocatoria de jóvenes promesas. Hasta último momento, se actuó de esa manera. En pleno mundial, la inyección de sangre nueva en los pies de Enzo, Julián y Alexis, les dio un impulso mayor. Se hacen cambios y todo mejora, nadie se ofende. En otro momento, el que salió, entra y viceversa.
Un equipo o grupo funcionando como tal, para el logro del objetivo. Sin mezquindades ni pensamientos negativos. Así se gana un mundial o se lidera en un mercado. José Pekerman sobre Lionel Scaloni: “Siempre fue muy detallista, observador y muy inteligente para ver el fútbol. Siempre se preocupó por la unión del grupo más allá de su rol y eso hoy, en la unión de este plantel, se ve claramente reflejado”.
Por Francisco Grillo