Quiero creer, que el espanto que nos une, en este momento de pandemia, deje en todos nosotros sabias huellas, y comprendamos para siempre cuanto nos necesitamos unos a otros, más allá de la forma en que pensemos o creamos. Si somos de Boca o de River, si somos católicos, judíos, musulmanes o evangelistas, si somos Peronistas o Radicales.
Esta cuarentena, que con buen criterio decretó el Presidente y que la mayoría de los partidos de la oposición acompañamos, deje en nuestros espíritus la semilla del respeto del pensamiento del otro.
Que cuando disputemos elecciones seamos capaces de no ofender, de disentir con respeto por el pensamiento ajeno, sin lastimar al ocasional adversario. No cerrando las puertas que en el momento de tomar decisiones nos permita sentarnos en una mesa para dar nuestras opiniones, ideologías y convicciones para poder sacar conclusiones que podamos ejecutar en beneficio de la mayoría de nuestros compatriotas.
Tenemos mucho por que ponernos de acuerdo: El cambio climático, que se ve en todas partes, el calentamiento de la tierra, las inundaciones, las olas de calor. La educación, debemos acordar que tipo de educación queremos para nuestros jóvenes. La seguridad, el aumento del delito, la droga, la impunidad. La pobreza, que castiga alrededor del 30% de los argentinos, entre otras tantas razones.
Por eso confío que la preocupación que nos une por el COVIC-19 y que Ricardo Kirshbaum titulara “Pronóstico negro para la pandemia y la economía”, nos deje una luz de esperanza y sea el comienzo, por el cual comprendamos que nos necesitamos los unos a los otros. Y que a partir de ese paradigma nuestra sociedad empiece un camino razonable, aunque no menos difícil, hacia el progresivo bienestar que le depare felicidad a nuestro pueblo.
Por otra parte, el protagonismo del presidente Alberto Fernández ante esta emergencia junto a referentes de la oposición como el Jefe de Gobierno de la Ciudad Horacio Rodríguez Larreta y el Gobernador de Jujuy Gerardo Morales, el tono calmado de sus alocuciones, lo posicionaron como el verdadero conductor de este Gobierno. Dejando de lado la “sensación” de bicefalia que se produjo por el protagonismo y la fuerte presencia de la expresidenta Cristina Fernández, a todas luces dueña de la mayoría de los votos cosechados por el Frente de Todos en la Provincia de Buenos Aires.
Si no nos une el amor, que nos una el espanto.
Por Carlos Guzzini
Buenos Aires
Y la ciudad, ahora, es como un plano / De mis humillaciones y fracasos. /Desde esa puerta he visto los ocasos /Y ante ese mármol he aguardado en vano. /Aquí el incierto ayer y el hoy distinto./Me han deparado los comunes casos /De toda suerte humana; aquí mis pasos /Urden su incalculable laberinto. / Aquí la tarde cenicienta espera / El fruto que le debe la mañana../Aquí mi sombra en la no menos vana /Sombra final se perderá, ligera./No nos une el amor sino el espanto. /Será por eso que la quiero tanto.
Jorge Luis Borges